Días 14 y 15: Los Angeles (CA) - Santa Monica (CA), y vuelta a casa

Ni en nuestro último día nos libramos de que el despertador sonará bien pronto, tras las duchas, fuimos a “desayunar”, aunque más que un desayuno era un pequeño tentempié (servido en la recepción), donde solo había café, zumo y unos pocos bollos. Cargamos maletero por última vez y algo antes de las 8 salíamos.

En unos 45 minutos llegamos a SANTA MONICA, el día estaba nublado y no lucia esta zona su mejor momento, pero por lo menos no nos llovió. Dimos una vuelta por el famoso muelle, y finalizamos en el cartel de END OF THE TRAIL (FINAL DEL VIAJE).















Luego pusimos rumbo al Aeropuerto, había bastante tráfico por los alrededores, y sobre las 11 dejamos coche. Para llegar a la Terminal había que coger un bus, y la verdad que no lo vimos nada bien indicado, tuvimos que preguntar y andar un buen trozo cargados con las maletas. Entre bus, facturación y control de seguridad, se nos hicieron las 12’30. La verdad que a este aeropuerto hay que venir con mucho tiempo, es muy grande y resulta bastante caótico.

Y para despedir el viaje nos tomamos una cerveza, eso sí a precio de oro, tres nos costaron 42’75 $ (13 € cada una), ya que incluía una propina del 20% y eso que nos las tomamos en la barra, vamos, que solo tenían que servirlas.

Embarcamos en hora y salimos puntuales a las 15’05, nos llamó la atención el embarque, tú mismo pasas el pasaporte en una máquina, y no hace falta ni la tarjeta de embarque, sólo el pasaporte y te escanea la cara.

El vuelo fue bastante largo (algo más de 11 horas), pero bueno entre un snack al poco de salir, al rato la comida (con cubatas incluidos), un poco de siesta, un poco tertulia, alguna película, una empanadilla que sirvieron en algún momento, el desayuno, y además un par de veces zumos, pues al final no se hizo excesivamente pesado.

Llegamos al Aeropuerto de Viena, casi media hora antes de su hora prevista, que era las 11’30. Inicialmente la idea era ir al centro a dar una vuelta, aprovechando que no está muy lejos del aeropuerto y teníamos 5 horas hasta el siguiente vuelo, pero con el cansancio que teníamos con tantas horas de vuelo, y que no lo habíamos preparado bien para tener que hacerlo rápido, desistimos; el principal problema fue la maleta de mano, tardamos en encontrar la consigna.

Esta espera se hizo durilla, pero logramos aguantar sin dormirnos, como nos habíamos pasado gran parte del vuelo comiendo algo, hambre no teníamos, picoteamos algo y ya está. Nuestro vuelo a Valencia, salió puntual a las 16’35, y como era de esperar nos pasamos todo el vuelo durmiendo. Llegamos al Aeropuerto de Manises unos minutos antes de su hora que era las 19’15.

Tras recoger las maletas, que llegaron todas y bien, regresamos a nuestras casas y al poco salimos a cenar, para despedir el viaje; no podía falta el jamón y unas bravas.



Kilómetros: 49.

 

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